Historia de la Música Coreana
por Song Hye-jin
(publicado originalmente por NCKTPA, Seúl, Corea)
Antigüedad
IV. Desarrollo de la Cultura Musical en el Período de los Tres Reinos
El período de los Tres Reinos fue la época en la que Goguryeo, Silla, Baekje y Gaya tomaron la forma de naciones y desarrollaron una cultura individual y característica y una organización nacional. Lo mismo pasó con la cultura musical; cada nación hizo modificaciones a una base cultural proveniente de épocas anteriores, por medio de la cultura implantada obtenida a través de un comercio internacional recientemente establecido, dándose así el comienzo de un desarrollo de su propia cultura musical.
La música había sido empleada principalmente con funciones espirituales y ceremoniales; sin embargo, al entrar el período de los Tres Reinos, los usos y aplicaciones de la música se hicieron cada vez más especializados. En el movimiento desde las teocracias hacia la monarquía alrededor de un rey, la música se convirtió en un símbolo de las costumbres nacionales al igual que de prestigio de la corte. Al mismo tiempo también se desarrolló el concepto de música orquestal para su ejecución en ocasiones formales como banquetes.
Más aún, con la proliferación del budismo en Asia, la música budista fue introducida a los Tres Reinos, además de la introducción de la cultura musical de varios países que bordeaban a China occidental a través de las rutas comerciales; y a medida que esto pasaba, la música de los Tres Reinos fue introducida tanto a China como a Japón.
Para ser preciso, durante el período de los Tres Reinos la cultura transmitida de épocas anteriores se convirtió en la base para una tradición en la música coreana (la llamada Hyang-ak como contraste con la Dang-ak); al mismo tiempo Corea, China y Japón llegaron a compartir una corriente general característica de la cultura musical del lejano oriente. También es importante anotar que con ese tipo de bases se estableció la estructura del concepto del valor artístico de la música, como expresión de la naturaleza humana moderada y temperada, tal como el goce no exaltado y la nostalgia pero sin lamento.