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Técnica y Terapia de la Danza Zen Sun Mu

por LEE Sun-Ock



IV. Teoría del Yin y el Yang en la Danza Zen Sun Mu


1. Reflexión y Respuesta


La imitación en Sun Mu es como la reflexión del ser en el espejo. El ser en el espejo es la reflexión de uno mismo en el agua quieta, como en un pozo o en el océano. El otro y yo no existen separadamente, lo que quiere decir que las cosas que te gustan y no te gustan son discrecionales. El ser sin los gustos y las aversiones, tu y yo, ese ser original es la búsqueda del verdadero yo.


El yo - el verdadero ser que es mi conciencia y mi pensamiento- es uno. Este proviene de la unicidad de l verdad.


El océano y las olas son inseparables, las olas vienen del océano y el océano es la ola.


Tu pensamiento, tu mente, yo, mi, lo mío, lo bueno y lo malo, la mete crea crea todos estos pensamientos interminables; ellos son las olas del océano. La raíz de estos pensamientos interminables es la sustancia del ser, algo como el océano.


En Sun Mu el método de imitación tiene muchas facetas. La primera es la imitación del movimiento. Se imita el movimiento del otro de tal forma que dos personas se convierten en una y se mueven al unísono. En ese momento, cuando un acompañante se está moviendo en la misma dirección y el otro está reflejando al acompañante, la energía debería ser sentida por los dos. Cuando los dos se imitan, se debería sentir la energía del otro viniendo hacia uno. Uno toma la energía y la desarrolla  para crear cada movimiento en forma muy precisa y clara y solo entonces se puede proceder al siguiente movimiento.


Al tiempo que se va hacia el próximo movimiento en forma suave y liviana, este es lineal, ordenado, correcto y simple. Todos estos movimientos son requeridos cuando se está con un acompañante.


En la técnica Sun Mu tales elementos del yin y el yang están implícitos y utilizan la creación del movimiento en las áreas de “Mudra”, “Imitación”, “Complementaridad”. Tales elementos de movimiento pueden estar representados en cualidades como rápido/lento, liviano/pesado, amplio/angosto, alto/bajo...


Tal posibilidad, la armonía del yin y el yang, deben estar presentes en todo momento en Sun Mu.


Cuando una goma elástica es estirada y luego liberada repentinamente, esta se contraerá a rápida velocidad. De la misma forma, la cualidad del movimiento debe mantener este magnetismo intrínseco.


Cada uno de los movimientos debe ser tratado con perfección y con la total conciencia en el ki -transformación. Como cuando se habla, una persona debe ser un frase completa; te amo, y luego sigue la otra frase; en la misma forma la creación del movimiento es como completar una frase, desde el comienzo hasta el final, transformando el ki desde la zona tanjun hasta la punta del dedo, encogiéndose lenta y uniformemente, abriendo el espacio horizontal. Luego el siguiente movimiento: reducido, cortante, rápido y en forma instantánea. Si la oración es muy complicada y trata de decir demasiado, es como si existieran muchos movimientos complicados dentro de la elaboración de cada frase. Entonces es como no ser capaz de completarla y perfeccionarla. El resultado de tal tipo de movimiento con frecuencia se hace muy confuso y ajetreado y no puede ser transmitido al observador correctamente. Lo que pretendía el bailarín no pude ser comunicado o transmitido: la esencia y la calidad estética del movimiento entre los bailarines y el espectador. Por esta razón, en la técnica Sun Mu los practicantes o bailarines deben practicar una y otra vez sobre cómo completar y perfeccionar lo apremiante, hasta que mejoran libremente y sin  esfuerzo.